CRISIS DEL CAPITALISMO Y LA POBREZA

11.11.2012 13:48

El sistema Neoliberal

Definimos Capitalismo:”como un sistema económico caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y por la existencia de un mercado donde se compran y venden mercancías, sobre todo, fuerza de trabajo”.

Para referirnos a la “Crisis del Capitalismo” primero haremos hincapié en el Sistema Neoliberal que engloba dicho fenómeno.

La resurgencia del Neoliberalismo actual, se produce en un contexto diferente a la de su versión anterior, el Liberalismo del siglo XVIII que emergió como una doctrina que cuestionaba las restricciones feudales del comercio y la producción; procuraba socavar los regímenes patrimoniales y permitir el libre intercambio del trabajo por salarios, la conservación de la riqueza en capital. En tanto derrumbaba las restricciones feudales con respecto al movimiento de productos, trabajo y capital.

El Neoliberalismo se produce como resultado de la crisis del populismo nacional y la derrota del socialismo. Es al mismo tiempo similar y diferente al  Liberalismo. Es similar en el sentido de que sostiene que el mercado y no el Estado debe ser el único distribuidor de salarios y capital. Defiende la desregulación total, la eliminación de todas las barreras tarifarias, el libre flujo de productos, trabajo y capital. Ambas doctrinas se expresan en contra de todas las regulaciones (laborales, ambientales, etc.) y favorecen la autorregulación del mercado. El mejor gobierno es el que gobierna menos, ése es el eslogan de principios. Así, a nivel doctrinal el neoliberalismo y el liberalismo tiene mucho en común. Sin embargo, en términos del contexto en el que emergen son muy diferentes. El liberalismo y sus doctrinas de libre comercio combatían las restricciones pre-capitalistas. El neoliberalismo lucha contra un capitalismo sometido a la influencia de los sindicatos (el  llamado welfare state). En tanto ambos defienden economías de exportación  de productos basados en las riquezas nacionales, durante el neoliberalismo esta defensa implicaba desarticular las unidades agrícolas auto-contenidas (haciendas y agricultura comunal campesinas), en tanto actualmente los neoliberales socavan las  industrias nacionales, públicas y privadas. Antes los liberales abrieron los mercados, los neoliberales cambian los mercados domésticos por los externos, dañando los mercados locales para servir a los foráneos. El liberalismo convirtió a los campesinos en proletariados; el neoliberalismo convierte a los trabajadores asalariados en sectores informales auto-empleados y lumpen. El liberalismo estimuló el crecimiento de las ciudades y los complejos urbanos industriales. El neoliberalismo perjudica las ciudades, convirtiéndolas en bastas villas de emergencia y dividiéndola entre los ricos y los muy pobres, con una clase media que se reduce cada vez más. El liberalismo fue obligado por el movimiento trabajador a aceptar la legislación laboral, el bienestar social y las empresas públicas. El neoliberalismo socaba al movimiento trabajador, elimina la legislación social y retorna a la fase anterior al liberalismo, antes de que existieran los sindicatos y los partidos de clase trabajadora. El neoliberalismo desarticula una compleja sociedad industrial urbana, sus reglas sociales, sus mercados internos y circuitos financieros.

La aplicación de las políticas neoliberales en Argentina.

Durante la última dictadura  militar (1976-1983) se inició en el país el desmantelamiento del modelo de sustitución de importaciones, acompañado por el fuerte estancamiento económico. Sin embargo, la salida de este modelo se operó finalmente durante la década menemista (1989-1999), a partir de la implementación de un nuevo proyecto económico, orientado hacia la eliminación del déficit fiscal, la desregulación de los mercados y la privatización acelerada de las empresas públicas.

El Plan de Convertibilidad -implementado en 1999 y que acompañó las reformas estructurales- produjo una verdadera transformación de las reglas de juego económicas, entre ellas la paridad del dólar y el peso, la reducción de las barreras aduaneras, la liberalización del comercio exterior y el aumento de la presión fiscal. Fueron suprimidos también los principales mecanismos de control del Estado sobre la economía a favor de las reglas del mercado, al tiempo que se liberalizó la inversión extranjera. El programa de reestructuración global del Estado puso en vigor una fuerte reducción del gasto público, la descentralización administrativa y el traslado de competencias a los niveles provincial y municipal  (salud y educación), así como una serie de reformas orientadas a la desregulación  y privatización que impactaron fuertemente en la calidad y el alcance de los servicios básicos, hasta ese momento en poder del Estado nacional.   

El proceso de descentralización administrativa antecedió y facilitó la focalización de la ayuda social, centrada en la asistencia financiera y alimentaria de las poblaciones más vulnerables. Las reformas estructurales afectaron también el sistema previsional que, de estar basado en el sistema de reparto apoyado sobre la solidaridad intergeneracional, paso a depender de la capitalización individual, en manos de empresas aseguradoras privadas. Las reformas repercutieron severamente sobre el sistema de salud, a partir de la desregulación de las obras sociales, con la libre elección de los afiliados y  la auto gestión de los hospitales públicos. Por último estas reformas contemplaron una serie de medidas  que conllevaron la entrada acelerada de la flexibilidad y precariedad laboral, a partir de la sanción de la Ley Nacional de Empleo (Ley 24.013 de 1991).

El impacto de la reforma laboral sobre el funcionamiento del mercado de trabajo fue enorme. Esta incorporó las diversas modalidades de empleo temporario y contratos precarios (que incluía flexibilidad de los tiempos de trabajo y la introducción de “período de prueba”), redujo los aportes patronales y la seguridad social, modificó las normas sobre los accidentes y enfermedades laborales y creó un seguro de desempleo que cubría solo a ciertos sectores del mercado formal. Sin embargo, no fue solo una cuestión de reducción  de costos de la mano de obra,  sino que el proyecto impuso un modelo de crecimiento económico disociado del bienestar del conjunto de la  sociedad.

La pobreza

Una de las consecuencias del capitalismo que mayor impacto tiene en la sociedad es la pobreza.

Definimos la misma en término generales, como “una forma de vida caracterizada por el acceso insuficiente a ciertos elementos imprescindibles para el bienestar humano. Esta carencia no depende de la percepción subjetiva ni de las características personales de los involucrados, sino de elementos objetivos que se explican en gran medida por el ambiente social en el cual las personas desarrollan su vida”.

Se vincula directamente con el bienestar, es decir, con la identificación y definición de jerarquías en el amplio campo de las necesidades humanas y con la efectiva posibilidad que tienen las personas de acceder a satisfactores objetivos de  las mismas. Son pobres aquellas personas obligadas a funcionar socialmente sin poder acceder en tiempo y forma a los satisfactores de las necesidades consideradas básicas para la existencia en condiciones humanas. Debido a que para existir en condiciones humanas es necesario cumplir con una consecuencia de procesos acumulativos, el acceso a la satisfacción de las necesidades básicas debería ser continuo y durante todo el transcurso de la vida. Las personas que funcionan como pobres sobreviven en condiciones “no humanas” y los daños producidos por la pobreza son irreparables.  

Por lo tanto, una acción estratégica contra la pobreza no puede sustentarse en la mera “reparación” de estos daños, ni mucho menos se puede plantear simplemente su “alivio” o “compensación”. Este tipo de estrategias es cuestionable no solo porque no evita la ocurrencia de daños irreparables sino porque, además, su máxima expectativa es amarrar a las personas a la posición donde pueden demostrar que cumplen con las condiciones de pobreza exigidas para recibir cierta asistencia.

Solo tiene sentido discutir políticas cuyo objetivo sea evitar trayectorias de vida en las que las personas se vean arrastradas hacia la pobreza y que, al mismo tiempo, desarrollen capacidades autónomas para permitirles transitar por otro camino. Por lo mismo, no tiene sentido la discriminación habitual entre pobres “merecedores” y “no merecedores” de asistencia. Una política efectiva contra la pobreza no puede discriminar entre los propios pobres sino que debe asumir la segregación social que manifiesta la pobreza.

Tanto los juicios de valor como las acciones políticas aplicadas para regular la pobreza están influidos por los indicadores utilizados para evaluar este problema social. El indicador más habitual es el que mide la pobreza por línea de ingreso. Si bien se reconocen muchas limitaciones al uso del ingreso como medida de las capacidades  que tienen las personas para acceder a satisfactores de necesidades humanas, esta práctica también tiene sus fundamentos. El ingreso es una aproximación a la medida de los recursos que las personas controlan para demandar bienes y servicios en el mercado.

Pobres y situación de pobreza en la ciudad de Buenos Aires (Irene Vasilachis de Gialdino)

A continuación expondremos un resumen de un proyecto de investigación realizado por esta autora en la ciudad de Bs. As. Que trata las características de la pobreza en nuestro país.

El proceso de reconversión productiva que está teniendo lugar en la República Argentina, a partir de la abrupta apertura económica y la desregulación, produjo, como consecuencia, la reducción de los trabajadores permanentes, observándose en el mercado de trabajo, entre otros , un incremento de: la desocupación abierta, la incertidumbre de los desocupados y la cantidad de puestos asalariados precarios. Este proceso de empobrecimiento se caracteriza por incorporar sectores medios al universo de la pobreza, que se ha complejizado y heterogeneizado. El aumento de la riqueza extrema constituye la contracara del empobrecimiento. El enriquecimiento se ha visto favorecido por el proceso de privatizaciones, los movimientos del mercado financiero y el proceso de concentración económica.

Las variables trabajadas por la autora son:

 Educación: Las causas más frecuentes que han producido una ruptura en el proceso de educación formal son las necesidades de contribuir al sostén de la familia trabajando con los padres o fuera del hogar, el desplazamiento de la familia o la modificación de su composición y la dificultad para adquirir los libros y los útiles escolares necesarios. En un contexto de crisis de empleo, el desempleo se encuentra en los orígenes de la entrada de los jóvenes en la calle ya que los que no tienen diplomas son las primeras víctimas de la situación de crisis en la que la precariedad y la inestabilidad caracterizan a las relaciones de trabajo.

Relaciones familiares: Un fenómeno importante causado por la pobreza es la separación de la familia por un largo tiempo. En la mayoría de los casos, estas familias viven en las provincias del interior y la separación estuvo originada por la necesidad de trasladarse en busca de trabajo. El restablecimiento de los lazos familiares se ve imposibilitado por: la carencia de recursos para viajar, la falta de fuente de trabajo en el lugar que la familia habita, el limitado número de sistema de contención pública y privada de las situaciones de pobreza en estos lugares y la difícil situación económica por lo que la familia atraviesa unida a la dificultad de aportar nuevos ingresos.

Trabajo: Entre las personas que viven en la calle se pueden encontrar las siguientes ocupaciones: realizar changas, es decir, trabajos esporádicos, transitorios, precarios, de baja calidad, que duran algunas horas o uno o varias días, que, habitualmente, exigen un gran compromiso físico como las operaciones de carga y descargas y que por los demás, constituye una modalidad del desempleo oculto dentro de la población ocupada. “Lateo” o “cirujeo” (juntar y vender metales, diarios y cartones). Realizar actividades como abrir y cerrar puertas de autos, o cuidar los que están estacionados, o limpiar sus vidrios, sobre todo cuando paran frente a los semáforos. Venta ambulante o callejera y el “volanteo”, que consiste en repartir volantes para determinados comerciantes.

Lo que se ha observado es que las condiciones y relaciones de trabajo de las personas que viven en la calle son altamente precarias y el trabajador no se encuentra en situación de negociar ni el salario, ni la jornada de trabajo, ni las condiciones en las que se realiza su labor.

Vivienda: Las personas que han quedado en la calle duermen en las plazas y en los parques, en la calle, en los subterráneos, en estaciones de tren o terminales de ómnibus, en la puerta de las iglesias, en coches y casa abandonadas y en terrenos fiscales. Emplean para cubrirse manta, ropa, cajas de cartón, papel y plástico.

Las plazas que durante el día son espacios dedicados al ocio se trasforman durante la noche en lugares de reunión en los que se realizan “ranchadas”, se cocina, se comparte la comida. Estas personas comparten además los riesgos, las necesidades y la información acerca de las posibilidades de resolución o de contención de sus problemas. Las plazas constituyen también el lugar de encuentro de las familias o parejas. Frecuentemente los grupos de personas que cooperan con quienes viven en las calles concurren a las plazas a entregarles comida.

Salud: Con relación al cuidado de la salud concurren a hospitales públicos pero esa atención se ve restringida porque la mayoría de ellos carece de DNI, circunstancia que limita el acceso a estas instituciones. Así mismo es común que su salud empeore y sus enfermedades se hagan crónicas por la imposibilidad de: hacer reposo o guardar cama, recibir los cuidados necesarios, dormir protegidos de las inclemencias del tiempo, seguir el tratamiento por falta de medicamentos o dinero para llegar al hospital, realizar los análisis o estudios solicitados y efectuar controles periódicos de salud.

En cuanto los problemas de salud más corrientes hayamos: afecciones en las vías respiratorias, tuberculosis, infecciones cutáneas y oculares, anemia, enfermedades vasculares, traumatismo y accidentes, y respeto a las mujeres problemas ligados al embarazo, como por ejemplo abortos espontáneos.

Alimentación: Las personas que viven en la calle no pueden preservar un equilibrio alimentario, ya sea por el tipo, calidad y cantidad de alimentos que ingieren, o por la dificultad de respetar los horarios de las comidas. Entre las formas de obtener los alimentos podemos nombrar comedores parroquiales, pedir sobras de comidas en los restaurantes, cocinar sus propias comidas, comprar comidas en las contadas oportunidades en que tienen recursos, buscar y consumir alimentos que están en la basura y comer los restos de alimentos que se depositan frente a los negocios.

En muy pocos casos los comedores ofrecen más de una comida diaria lo que obliga a las personas a recorrer largas distancias para obtener todas sus comidas. Gran parte de los comedores ofrece aparte de la comida, atención primaria con la entrega de mercancía y ropa, otros brindan asistencia social, atención médica, talleres (música, teatro, oficios) además de brindar la posibilidad de usar los baños, ducharse o higienizarse.

Conclusión

Consideramos que las políticas neoliberales aplicadas en nuestro país durante la década de los ‘90 tuvieron un fuerte impacto en la sociedad, que se vio reflejado en el aumento del desempleo, la precarización y flexibilización laboral, crisis de representatividad, descentralización de las funciones del Estado. Dando lugar a un  incremento en los niveles de pobreza, ya que  las personas no pueden acceder a mejores condiciones de vida, viviendo en situaciones de  vulnerabilidad social. Esta situación se ve reflejada en el fenómeno de la exclusión, que abarca lo político, económico, civil y sociocultural. Dando lugar así, a la ruptura de los lazos sociales y la desintegración familiar.

 La situación de pobreza se transforma en un circulo interminable, donde la falta de recursos y empleo provoca problemas en la educación, lo que lleva en mucha ocasiones, al abandono prematuro del sistema educativo y esta falta de capacitación desemboca en el futuro en la imposibilidad de acceder a empleos bien remunerados que permitan salir de esta situación de pobreza, transmitiéndose ésta a las siguientes generaciones.

Actualmente, las políticas sociales se diseñan para paliar algunos de los efectos de la desigualdad y la opresión, pero no para evitarla. Es por ello, que las políticas deben tener un carácter integral promoviendo la inclusión social y la igualdad de oportunidades.

Bibliografía

  • Petras, James. (1997). Neoliberalismo en América Latina. Ediciones Homo Sapiens. Rosario Argentina.
  • Buschiazzo Duarte, Liliana. (2003). El Estado precario. Longseller. Bs As. Argentina.
  • Lo Vuolo, Barbeito y otros. (1993). La nueva oscuridad de la política social. Del Estado populista al neo conservador. MiñoDávilal Ciepp. Bs As argentina.
  • Svampa, Maristella. (2003). Entre la ruta y el barrio. Editorial Biblos. Bs As. Argentina
  • Vasilachis de Gialdino, Irene. (2003). Pobres, pobreza, identidad y representaciones sociales. Barcelona. España.

 

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