AMERICA LATINA EN LA DECADA DEL ’50 Y EL IMPACTO DE LA REVOLUCION CUBANA

11.11.2012 13:40

Integrantes

Lobo, Cynthia Vanesa

Monjes, María Cecilia

Ramírez, Ángela Leonor

BREVE HISTORIA DEL NEOCOLONIALISMO NORTEAMERICANO

Habiendo llegado a cierto nivel de desarrollo, toda economía capitalista se ve empujada inevitablemente a buscar fuera de sus fronteras nacionales, en los países industrialmente poco desarrollados, nuevos mercados, materias primas, mano de obra barata y provechosas inversiones de capital. Además a mediados del siglo XX, la existencia de países socialistas afectó considerablemente la política colonialista de las potencias imperialistas. Esa época difiere profundamente del siglo XIX en cuanto a la correlación de fuerzas en la arena internacional, donde no fue posible seguir aplicando los métodos del colonialismo. Por otra parte el neocolonialismo es parte de una política mundial de contrarrevolución y ha llegado a ser de vital necesidad para las  potencias imperialistas.

Las precedentes consideraciones nos permiten poner de relieve las características de la política colonial norteamericana en diferentes épocas y arrojará luz sobre los diversos factores que dan a éste colonialismo su actual fisonomía.

EL DOMINIO SOBRE EL CONTINENTE AMERICANO

“Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad” Simón Bolívar (5 de Agosto de 1829)

A principio del siglo XIX, cuando la “colonización interna” estaba lejos de ser completada, el capitalismo norteamericano ya buscaba ampliar sus fronteras, fijándose especialmente en sus cercanos vecinos de América Central y en América del Sur.

El continente americano era sacudido en aquel entonces por una vigorosa lucha popular contra los colonialistas españoles y portugueses. Esta lucha, sin embargo, no terminó en la independencia total, porque la oligarquía terrateniente que tomó el poder en los diferentes países latinoamericanos, incapaz de edificar naciones verdaderamente independientes, estableció rápidamente relaciones de estrecha dependencia con otras potencias europeas. La expansión colonial norteamericana tuvo pues, que adoptar formas indirectas, en sustitución de la conquista declarada y abierta.

De tal modo, en 1823 la doctrina “Monroe” proscribe toda intervención directa de las potencias europeas en el continente americano. En 1831, los marines norteamericanos desembarcaron en las Islas Malvinas y ya, en 1834 Estados Unidos intervenía en los asuntos mexicanos, en 1835 provocaron la guerra con México, que terminó con la apropiación de la mitad de territorio mexicano (cerca de dos millones de kilómetros cuadrados).

Otros estados americanos como Colombia, Nicaragua, Uruguay, República Dominicana y Cuba, trabaron conocimientos uno tras otro con la política intervencionista norteamericana a lo largo del siglo XIX.

En el año 1898, comenzó la guerra hispanoamericana: el crucero norteamericano “Maine” estalló de manera misteriosa en el puerto de La Habana, lo cual fue tomado como pretexto por Washington para declarar la guerra a España, una guerra que no solo le permitió apoderarse de Cuba, sino también de Puerto Rico y Filipinas. Las tropas norteamericanas ocuparon Cuba hasta 1901 y solo se retiraron tras haber implantado un gobierno pronorteamericano ligado a Washington por la enmienda Platt, añadida a la constitución cubana, que permitía  a las tropas yanquis intervenir cada vez que fuera necesario. Las tropas norteamericanas continuaron ocupando la base de Guantánamo. La economía cubana dependía completamente de Estados Unidos. Así se puede entender fácilmente por qué en la Cuba “independiente” de ese entonces, el embajador norteamericano era reconocido como el hombre más importante del país.

Así, en siglo XIX una de las características principales del dominio norteamericano se oculta tras la pantalla de un gobierno nativo, que era totalmente dependiente en lo político, en lo económico y en lo militar.

Ya entrado el siglo XX, Estados Unidos proclamó abiertamente a intervenir militarmente en América Latina y fue quien primero utilizó los clásicos conceptos de “política de gran garrote” y “gendarme internacional”. Esta política se materializó en numerosas acciones militares contra Cuba en 1906 y 1912, también en República Dominicana, Nicaragua y México, intervenciones justificadas por “la pérdida de las normas de una sociedad civilizada, que finalmente exige la intervención de una nación civilizada”.

Se puede decir que, hasta la segunda guerra mundial, América Latina se convertía gradualmente en el “traspatio” de Estados Unidos, suministrándole petróleo, minerales y productos tropicales. A través de los medios financieros, políticos y militares, Washington controló a las burguesías y oligarquías terratenientes locales. La defensa de los intereses de las compañías norteamericanas y el mantenimiento de las estructuras socioeconómicas atrasadas, son factores estrechamente interrelacionados y garantizados por una casta militarizada, formada y entrenada por los yanquis.

NEOCOLONIALISMO Y ESTRATEGIA GLOBAL

Al fin de la segunda guerra mundial Estados Unidos se convirtió en el líder indiscutido del mundo capitalista. Decenas de países estaban ligados a Washington por préstamos, ayudas subvenciones y armas.

Sin embargo un factor extraeconómico llegará a escena después de 1945. La Unión Soviética había mostrado claramente su vitalidad al aplastar al fascismo hitleriano; nuevos estados socialistas eran creados y los pueblos coloniales comenzaban a movilizarse, formando movimientos obreros y populares por mejores condiciones de vida, por la democracia y la paz, que influenciaba fuertemente en amplias capas de la población. La cuestión principal para Estados Unidos sería, en adelante, cómo liquidar esta revolución mundial, cómo destruir sus principales bastiones y ahogar en germen los nacientes movimientos. Se puede caracterizar la situación del país del norte de la siguiente manera:

  • Poseía una superioridad material y técnica evidente y absoluta sobre todos los demás países.
  • Se encontraba políticamente a la defensiva teniendo que luchar contra las fuerzas sociales progresistas, contra las fuerzas de liberación nacional y de paz en el mundo.

Una de las principales tareas de los Estados Unidos consistió en restaurar y fortalecer el potencial económico y militar de los países aliados occidentales para integrarlos luego en una coalición antisocialista.

En el plano ideológico, se instauró un anticomunismo y antisovietismo desenfrenado, que servía para justificar cualquier medida que se tomara en el medio internacional.

Los países  latinoamericanos no escaparon a esta “pactomanía” militar. El tratado de Río de Janeiro, completado por la carta de Bogotá, puso en pie en el año 1947, la Organización de Estados Americanos (OEA) como una comunidad de defensa. Veintiún países integraron originalmente la OEA, países situados muy lejos del campo socialista, pero donde las compañías norteamericanas estaban sólidamente establecidas (por ejemplo la United Fruit).

GUERRA FRÍA

La Guerra Fría fue un enfrentamiento ideológico, político y bélico que se dio entre Estados Unidos, quién representaba al bloque capitalista, y la Unión Soviética, la cual representaba al bloque comunista. Toma este nombre debido a que fue una guerra de ideologías, y durante esta los países no estaban dispuestos a enfrentarse en una guerra nuclear, por lo que dirimieron sus intereses en los países periféricos.

Entre los antecedentes que provocaron el conflicto se encuentran:

  • La intervención rusa en la Primera Guerra Mundial, la cual tuvo como consecuencia un grave deterioro de la economía y una crisis política que culminó con la caída del zar Nicolás ll en 1917.
  • Los enfrentamientos entre Estados Unidos en 1917, cuando los revolucionarios tomaron el poder al mando de Lenin, estableciendo el primer estado socialista de la historia.
  • La creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) en 1922 bajo el mando de José Stalin.
  • La intervención de Estados Unidos en la Guerra Civil Rusa, al enviar soldados y después la negativa a reconocer el nuevo Estado hasta 1933.

Aunque los dos países lucharon contra Alemania durante la II Guerra Mundial, estos disolvieron su alianza cuando el líder ruso Stalin, buscando la seguridad soviética, utilizó al Ejército Rojo para controlar gran parte de la Europa Oriental. El presidente estadounidense Truman se opuso a la política de Stalin y trató de unificar Europa Occidental bajo el liderazgo estadounidense. Ambas partes rompieron los acuerdos obtenidos durante la Segunda Guerra Mundial.

FIN DE LA GUERRA FRÍA: LA DESINTEGRACIÓN DE LA URSS

La URSS hizo grandes esfuerzos por defender y consolidar el régimen comunista, pero en 1985 el país entró en una profunda crisis: el gobierno de Gorbachov planteó la necesidad de un cambio e inició una política de distensión con EEUU, a este proceso de reestructuración de la economía soviética se lo denominó perestroika. Los gobiernos estadounidense y ruso acordaron reducir la presencia de las superpotencias en Europa y moderar la competencia ideológica en el mundo entero. Desde 1991 el gobierno abandonó el partido comunista y permite la independencia de varias repúblicas, en las cuales resurge el nacionalismo dormido por años.

SITUACIÓN DE CUBA ANTES DE LA REVOLUCIÓN

La isla de Cuba, al inicio de la década del 50 estaba, completamente entregada al capitalismo estadounidense, que controlaba el 90% de las minas y de las haciendas, el 40% de la industria azucarera, el 80% de los servicios públicos y el 50% de los ferrocarriles y de la industria petrolera.

El golpe de Estado el 10 de marzo de 1952, que derribó a Carlos Prío Socarras, impuso la dictadura de Fulgencio Batista, éste fue el germen sobre el que habría de tener lugar la Revolución Cubana. A partir de estos acontecimientos, el descontento del pueblo cubano fue en aumento y no concluyó hasta el triunfo definitivo de la revolución.

El 26 de julio de 1953, con el asalto al cuartel de Moncada, comenzó la insurrección contra la dictadura de Batista. El ataque, dirigido por los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz al mando de unos 200 hombres, fracasó y  Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión en la isla de Pinos (renombrada en 1978 como isla de la Juventud). Amnistiado en 1955, Castro se exilió en México, creó el movimiento “26 de Julio”, reorganizó a los revolucionarios y entró en contacto con el argentino Ernesto “Che” Guevara.

En diciembre de 1956 a bordo del yate Granma, el movimiento “26 de julio” desembarcó en la playa de las Coloradas, situada en la ensenada del Turquino (en el extremo suroccidental de Cuba) y se adentró en sierra Maestra. Allí recibió el apoyo de buena parte del campesinado y comenzó una guerra contra el gobierno que duró dos años.

A fines de 1958, la guerrilla asentada en su base principal de sierra Maestra, así como el denominado II Frente Oriental, había acabado prácticamente con la resistencia del Ejército de Batista. El 8 de enero de 1959, Castro entró en La Habana, de donde ya había huido el dictador Batista a Santo Domingo, y se designó presidente a Manuel Urrutia Lleó, aunque el poder efectivo estaba en manos del principal dirigente revolucionario, que pronto se convirtió en primer ministro.

En julio de 1959, Urrutia, descontento por la negativa de Castro a celebrar elecciones, fue sustituido por Oswaldo Dorticós. El nuevo gobierno adoptó medidas radicales: expropiación de monopolios locales y norteamericanos, reforma agraria, extensión de servicios sanitarios, campañas de alfabetización masiva. La orientación del mismo hará que entre 1960 y 1961 se concrete la ruptura con Washington.

AMÉRICA LATINA ENTRE LA REVOLUCIÓN CUBANA Y LA ALIANZA PARA EL PROGRESO

A fines de los 50, Latinoamérica continuó siendo un continente marcado por altas desigualdades sociales. Los procesos populistas, en muchos casos interrumpidos por golpes de estado, no alcanzaron a superar los problemas de analfabetismo, desnutrición, vivienda y trabajo.

La Revolución Cubana se transformó en una alternativa a imitar para importantes sectores políticos y sindicales de América Latina que veían en el modelo socialista una posible solución a sus problemas cotidianos.

El gobierno norteamericano de Kennedy, preocupado por la influencia de la Revolución Cubana en América Latina, lanzó a comienzos de los 60 la "Alianza para el Progreso", un programa de ayuda económica destinado a combatir la miseria y mejorar la situación social de los sudamericanos. La trágica muerte de Kennedy en 1963 pondrá fin a las políticas reformistas y a la Alianza para el Progreso. Bajo la administración Johnson, los EEUU volverán a su tradicional política de respaldo de las fuerzas del orden establecido, y tomando como excusa el temor a la propagación del ejemplo cubano, fomentó experiencias militares totalitaristas.

El primer ejemplo de este cambio de política se produjo en Brasil, donde el ejército, con el apoyo de los Estados Unidos, encabeza un golpe de estado en 1964 contra la política reformista del presidente Goulart. La experiencia se repetirá en 1966 en Argentina, en 1973 en Uruguay y Chile.

LA REBELIÓN JUVENIL EN AMÉRICA LATINA

Los jóvenes latinoamericanos se hicieron eco de la corriente mundial que cuestionaba el orden establecido. La rebelión juvenil contagió al resto de la sociedad, que en muchos países eligió el cambio a principios de los 70. En Chile y en Argentina triunfaron en las elecciones partidos populares que intentaron llevar adelante reformas sociales y políticas. Pero estos procesos fueron interrumpidos por golpes militares. En Chile el 11 de Septiembre de 1973, el General Pinochet derrocó al presidente socialista Salvador Allende y en Argentina, el 24 de marzo de 1976, el General Videla derribó el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón. Los militares, apoyados por Estados Unidos y sus grandes grupos económicos y la banca internacional, implantaron una férrea dictadura, persiguiendo, torturando y asesinando a miles de personas que se oponían a su gobierno.

ALLENDE EN CHILE

El gobierno Socialista de Salvador Allende desde 1970 venía cumpliendo con sus promesas electorales. Llevó adelante una política en beneficio de las mayorías populares, nacionalizando importantes empresas extranjeras.

Estas medidas, junto con el acercamiento de Chile a la Cuba de Fidel Castro, provocaron la hostilidad del gobierno norteamericano de Nixon que decretó el bloqueo económico de Chile. El malestar norteamericano encontró eco en la oligarquía chilena y comenzó la conspiración.

Finalmente el 11 de Septiembre de 1973, al mando del Gral. Pinochet las fuerzas armadas chilenas bombardean el palacio de la Moneda y asesinan al presidente Salvador Allende. Asumiendo el mando Pinochet instaurando una feroz dictadura militar que se mantendrá en el poder hasta 1990.

LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA

En América Latina, una de las principales consecuencias del Concilio Vaticano II fue la convocatoria por parte del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), en 1968, de una conferencia en la ciudad colombiana de Medellín. Allí surgió la "teología de la liberación, que parte de un mensaje de Juan XXIII de 1962 donde expresaba que "frente a los países subdesarrollados, la Iglesia se presenta tal como es y quiere ser: como la Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres". En un contexto de gran diferenciación social, escasa o nula representatividad política de los sectores más pobres; el concepto de "Iglesia de los pobres" fue interpretado por algunos sacerdotes como que era ese institución la que debía luchar por los que menos tenían, confundiéndose en algunos casos con los movimientos de liberación que utilizaban la lucha armada o en otros casos con una evangelización cargada de un alto contenido social.

Por otra parte, la Encíclica "Populorum Progressio" de Paulo VI de 1967, donde se critica al sistema capitalista y denunciaba la situación imperante en el Tercer Mundo, alimentó aún más las posturas en favor de la teología de la liberación. No toda la Iglesia católica latinoamericana compartía estas ideas que pronto fueron neutralizadas por la nueva conducción del CELAM a partir de 1972 y se terminó de redefinir el verdadero papel de la Iglesia americana en la Conferencia de Puebla de 1979 bajo el papado de Juan Pablo II.

Muchos sacerdotes que abrazaron la teología de la liberación fueron perseguidos y asesinados como el Padre Carlos Mujica de Argentina. 

LA DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL

Doctrina difundida por los Estados Unidos en América Latina a través de la escuela de formación de oficiales superiores de las fuerzas armadas. En esta institución ubicada en la zona del Canal del Panamá y conocida como "Escuela de las Américas", oficiales norteamericanos instruían política y militarmente a los jefes de los ejércitos latinoamericanos. Allí se difundió esta teoría según la cual el enemigo no estaba fuera de las fronteras sino dentro del propio país. Ese enemigo era el opositor, denominado genéricamente como "subversivo" al que había que combatir hasta la muerte. Esta Doctrina tuvo una nefasta influencia en la región y fue aplicada a rajatabla por las distintas dictaduras latinoamericanas.

BIBLIOGRAFIA:

  • Le Duan; Nguyen Khac Vien; Vo Nan Tri. “Breve Historia del Neocolonialismo Norteamericano” Oficina Editorial. Año 1972. Buenos Aires – Argentina.
  • Gambini, Hugo. “El Che Guevara” La Biografía. Grupo Editorial Planeta. Año 1996. Buenos Aires – Argentina.
  • www.monografias.com
  • www.es.wikipedia.org
  • www.elhistoriador.com.ar

 

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