EL REGISTRO/RELATO DISCURSIVO EN TRABAJO SOCIAL

07.06.2012 12:30

EL REGISTRO/RELATO DISCURSIVO EN TRABAJO SOCIAL

EL CASO DEL INFORME SOCIAL - CONCEPTO Y SIGNIFICADO DEL MISMO EN LAS INTERVENCIONES FAMILIARES[1]

                                                                                                                Autores

Dra. Águeda Luisa Loretto – Directora del Proyecto

Lic. Susana Margaria – Co-Directora

Asesor: Dr. Ernesto Max Agüero

                                                                                                       INTRODUCCIÓN

El registro, “es parte de la intervención profesional, no sólo identifica la unidad de atención, sino que informa acerca de ella”[2]. (Kisnerman, N.;1986). Su aplicación involucra distintos aspectos o dimensiones que muchas veces asumen el carácter de problemáticos, lo cual para el caso que nos ocupa, es decir, la dimensión Técnico-Instrumental en Trabajo Social, conlleva realizar un esfuerzo de comprensión y estudio acerca del mismo.

El propósito de este artículo es presentar algunos avances del producto de la investigación que desarrollamos en el ámbito de las organizaciones dedicadas a la atención familiar (Instituciones de Gestión Estatal, del Área de Salud: Hospital Avellaneda y Hospital del Niño Jesús, del Área de Familia, Minoridad y Ancianidad: Instituto de Puericultura Alfredo Guzmán y Hogar San Benito, del Área de Educación: Servicio Social Escolar  y Educación Especial)  en la Provincia de Tucumán, tomando el caso del Informe Social, mediante un abordaje cualitativo que coadyuve a reconstruir el concepto y significado que el mismo posee hoy para los trabajadores sociales en sus intervenciones familiares.

Desde este posicionamiento, pretendemos entonces, indagar acerca de qué elementos intervienen en la trayectoria de la producción del discurso profesional construido a través del registro / relato en Trabajo Social.  Con ello buscamos comprender cuál es la significación que el registro como discurso profesional, posee hoy para los Trabajadores Sociales y estudiar las características que asume la realidad social, profesional e identitaria del Trabajador Social como agente social productor de discurso a través del registro / relato. Asimismo nos proponemos comprender desde qué lugar construye el registro y su relato discursivo el Trabajador Social y formular a partir de los resultados obtenidos, criterios y pautas técnicas y metodológicas que permitan la resignificación y reconstrucción del registro como “intervención profesional y como elemento esencial de la misma en el contexto de la interpretación científica”[3].

Abordar la cuestión del registro / relato profesional desde la perspectiva  del discurso social, conlleva no sólo asumir una opción teórico epistemológica y metodológica, sino también y en consecuencia, establecer relaciones categoriales que definan la perspectiva particular desde la cual trabajar este tipo de discurso. Esto desde el punto de vista estrictamente metodológico, supone posicionarnos en la línea investigativa que aborda al agente social en tanto sujeto que produce el discurso,  lo cual a su vez lleva a reconocer que las prácticas discursivas poseen un lugar de producción y que su tratamiento requiere de herramientas conceptuales para  analizar, comprender  e  interpretar  los procesos de producción y de  los sujetos que los ejecutan. (Sujetos hacedores, ejecutores de  dichos procesos de producción).

Si bien el registro en TS ha cumplido un papel fundamental en la construcción misma de la profesión, la observación, la experiencia directa en el ámbito docente e institucional-profesional, los resultados de las indagaciones exploratorias sobre el tema, los de otras investigaciones realizadas en relación a la intervención profesional y el discurso de los trabajadores sociales, ponen en evidencia que éstos al momento de realizar el registro o relato profesional, enfrentan serios obstáculos epistemológicos los cuales, consideran, son producto de la formación y de la misma práctica profesional, que esta unidad teórico-práctica del trabajo profesional se asimila a una mera herramienta administrativa en el complejo de la burocracia institucional y en ese contexto, determinado por la racionalidad hegemónica imperante, restringiendo su función a la de instrumento para el registro de datos y comunicación de información.

A la vez, en el ámbito docente, las dificultades en el desarrollo de destrezas en el registro y relato son observados en forma generalizada hasta la misma finalización del cursado de la carrera, lo cual además de dar cuenta por sí de dicha situación, expone a los egresados, una vez insertos en las organizaciones, a la rápida asimilación de los modelos de registro / relato funcionales a la burocracia institucional.

En 1974 Porzecanski dirá que si bien el registro es “utilizado tradicionalmente, ha quedado relegado a un rol secundario, accesorio, complementario del “trabajo en sí” y entendido como el “hacer directo sobre los hechos reales”, es escasamente analizado como módulo sistemático en forma-contenido  [4].

Subrayando que entendemos al registro / relato en términos de discurso social / profesional, como unidad teórico-práctica del trabajo profesional, como intervención profesional, y como tal, elemento esencial de la misma cumpliendo funciones específicas dentro de la teoría profesional, dentro de la práctica y con respecto al método científico, todas ellas con la finalidad de trasladar un segmento de realidad a un contexto de interpretación científica, punto de partida del propio conocimiento de esa realidad”[5], nuestro interés está centrado en indagar acerca del alcance y la función que hoy cumple el mismo en el contexto de su producción por parte de Trabajadores Sociales que desarrollan su práctica profesional en organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, dedicadas a la atención familiar, considerando y asumiendo como hipótesis general [6] que los discursos guardan relación con el lugar desde donde son elaborados y el tipo de relación que se establece entre el agente y su producción (agente / práctica), es de coherencia con los sentidos producidos en el marco de las posibilidades y limitaciones en que lleva a cabo su trabajo.

Por ello el aspecto innovador de la investigación se fundamenta o justifica, en que cuando hablamos de la resignificación del registro/relato lo  proponemos desde los aportes de la teoría social que contribuyen a  comprender lo contemporáneo, con el aporte del análisis de discurso

Además¿LA INVESTIGACIÓN? apunta a problemáticas contemporáneas, porque si bien analizamos  las funciones del relato/registro en una disciplina en particular, lo  hacemos en un contexto de las ciencias sociales y humanas por lo tanto  el criterio de validación como producción científica es conceptuar de modo tal, que las otras ciencias o disciplinas del contexto mencionado puedan tomar este aporte  para sus propias practicas profesionales.

Derivadas de estas reflexiones surgen entonces las siguientes preguntas. ¿Qué elementos han intervenido en la trayectoria de la producción del discurso profesional que el registro / relato ha sufrido un cambio cualitativo de esta magnitud?, ¿Cuál es la significación que el registro como discurso profesional posee hoy para los Trabajadores Sociales?, ¿De qué realidad social, profesional e identitaria da cuenta el relato discursivo producido a través del registro en Trabajo Social?, ¿Desde qué lugar construye el registro y su relato discursivo el Trabajador Social hoy?

                                                       EL REGISTRO Y EL RELATO DISCURSIVO EN TRABAJO SOCIAL

Como ya se hizo referencia en el cap ¿?? de este libro (esto lo agregamos nosotros) Mary Richmond en su obra “Caso Social Individual” señala la importancia del relato en Trabajo Social, tomando como una de las tantas referencias la exitosa experiencia vivida entre Ana Sullivan y Helen Kéller, de quien fuera su maestra e institutriz y el relato minucioso que realiza en la correspondencia  que envía a su amiga y directora del Instituto  Perkins para ciegos.

A continuación y aún corriendo el riesgo de ser repetitivos, presentamos la cita completa del texto:

Aunque Ana, no haya llevado un diario, nosotros poseemos algo que es todavía más valioso, desde nuestro punto de vista: una colección voluminosa de cartas que escribió en el transcurso del primer año, casi cada semana, a una amiga  … En estas cartas, semanalmente ella se detenía menos en los detalles concernientes a la educación de su alumna que a la descripción de las situaciones nuevas a menudo de orden social, a las cuales debía hacer frente, ella agregaba además un análisis muy franco de sus propias reacciones mentales en estas circunstancias. Estas cartas nos proporcionaban, por lo tanto, un cuadro completo, no solamente de los acontecimientos, sino también de la manera en que se produjeron; estas cartas nos informan sobre la mentalidad de la alumna y sobre la de la profesora a la vez.” [7]

Habiendo aprendido gradualmente a prestar servicios más acertados y más eficaces, a individuos y familias, las asistentes sociales imitaron la práctica del Dr. Howe y anotaron el desarrollo del tratamiento que aplicaban. Al comienzo, sus tentativas en este sentido no eran más que una crónica bastante desordenada de su tarea diaria, pero poco a poco aprendieron a reunir una documentación cronológica completa, dando cuenta de los principales métodos empleados y de las observaciones sobre las cuales estaban basados éstos métodos. Tal legajo, no constituye una guía indispensable para las decisiones que deberán ser tomadas ulteriormente con respecto al interesado; puede proporcionar también materiales valiosos para la formación de nuevos asistentes sociales que se especializan en el tratamiento de casos individuales o que preparándose para otras formas de servicio social tales como el trabajo de barrio, las encuestas sociales o la preparación de reformas sociales, buscan comprender mejor cuáles son las múltiples condiciones sociales desfavorables que afectan la vida individual. El valor de esta documentación no se detiene allí. Sometida a un análisis perfectamente cuidadoso y competente puede ser la base de estudios estadísticos o, más a menudo todavía,  servir de punto de partida a descubrimientos sociales realizados sin la ayuda de métodos estadísticos. [8].

Como ya se hizo referencia, las vastas experiencias desarrolladas por las asistentes sociales de la época, documentadas por la autora durante diez y siete años, llevaron a la sistematización de los contenidos fundamentales que sentaron las bases del Trabajo Social como profesión científica y mucho más, a tal punto que Floreal Forni [9] señala, cuando relata la constitución de los paradigmas en la investigación social y el desarrollo de la sociología, que “… El éxito de este trabajo llevó a Booth a llevar adelante un estudio mucho más ambicioso. Se entrevistó a un millón de habitantes de Londres y se complementó la encuesta con entrevistas a informantes claves; aquí también se empleó el método de la observación participante. B. Seebohm Rowntre y otros investigadores ingleses siguieron durante varias décadas esta tradición que combina social survey con estudio de la comunidad. También fue adoptado rápidamente en EE.UU, tanto con fines filantrópicos como dentro de las actividades de los departamentos de trabajo social y sociología de las universidades. Dice Forni, “las primeras fundamentaciones teóricas del método de “survey” se remontan a Mary Richmond, una trabajadora social de 1917 …

Estas referencias ponen de manifiesto la importancia y dimensionalidad científica y profesional del registro en Trabajo Social, cuestiones tales que llevan a Guber (2004) a expresar, tal como anticipáramos en capítulos anteriores que “los trabajadores sociales registran la carne viva de nuestra sociedad, conocen el método riguroso en el trabajo de campo y sobre todo en el registro, y lo conocen muy bien”[10].

Si reconocemos que el Trabajo Social constituye una intervención científica en la realidad social, redimensionaremos la función del registro en los términos que los autores citados lo vienen haciendo y comprenderemos, tal como expresa Mendoza Rangel, que “el Trabajo Social al haber definido que su acción profesional está ubicada en el ámbito de la política social y que una de las tareas fundamentales que el Estado ha definido para nosotros, es la de conocer las necesidades de la población, para opinar, definir o analizar el otorgamiento de servicios” [11].

Asimismo consideramos que  “una de las características del Trabajo Social es su conocimiento de la realidad a través de los datos suministrados por los usuarios de los servicios, constituyendo éstos la materia prima de la informática aplicada al Trabajo Social[12] y que el registro de la misma, como ya hicimos mención  “es parte de la intervención profesional, que no sólo identifica la unidad de atención, sino que informa acerca de ella, sirviendo de control a nuestra subjetividad, permitiendo verificar y evaluar el proceso, utilizarlo como material didáctico a quienes ejercemos la docencia y sistematizar, lo que conlleva la producción de nuevos conocimientos, es decir la teoría[13].

El registro entonces, en tanto relato y relato de “lo social”[14], es también discurso, discurso social y “es también y sobre todo, intervención profesional, y como tal elemento esencial de la misma cumpliendo funciones específicas dentro de la teoría profesional, dentro de la práctica y con respecto al método científico, todas ellas con la finalidad de trasladar un segmento de realidad a un contexto de interpretación científica, punto de partida del propio conocimiento de esa realidad” [15], sintetizando el proceso de práctica teórica [16] (confluencia de acción profesional y pensamiento analítico), medio en el que se refleja la construcción, decontrucción y reconstrucción del objeto, del proceso de intervención y su producto final, el conocimiento científico.

Recuperando aportes de Porzecanski [17], consideramos a este relato o discurso de “lo social”, como la más pequeña y primera unidad teórico-práctica del trabajo profesional que permite dentro de la teoría profesional, interpretar una situación real a la luz del conocimiento científico, elaborar, revisar y redefinir la teoría profesional, articulando ésta a una situación concreta humana.  Así, aunando esencia teórica con esencia práctica, se posibilita una práctica profesional eficaz, prolongada y coherente, luego de programaciones anteriores y futuras que surgen del propio registro / relato y de la relación de relatos, dejando de lado los “quehaceres” arbitrarios y las motivaciones “individuales” del trabajador social, garantizando por lo tanto el conocimiento científico de la situación y la selección de técnicas de intervención. Registro / relato que, en relación a ese conocimiento permite representar las categorías esenciales de la racionalidad desde la cual se construye, aunando las dimensiones espacial-temporal en una única, la situación vivida, generando hipótesis de trabajo de calidad operativa que superen la apariencia y la postura contemplativa. Registro / relato que reflejando y permitiendo probar la validez del conocimiento en la eficacia de las acciones profesionales, exige a las mismas disciplinarmente una visión global y totalizante.

En tal sentido, entendemos entonces al registro en Trabajo Social, como un relato discursivo y en tanto tal como una práctica social, es decir, “como proceso de producción de sentidos tanto a través de las opciones discursivas realizadas en generación que se materializan, como marcas, en un texto, cuanto a través de interpretación en recepción[18], construidos desde un lugar de producción determinado. Para ello tomamos como basamento teórico el concepto de acción social propuesto por Max Weber en Economía y Sociedad [19].

La acción social, por su definición misma, implica sentidos que el sujeto pone en juego en sus gestos, palabras, discursos. Los sentidos son, además resultados de procesos sociales históricos en los que se van elaborando y redefiniendo de manera permanente. Las prácticas discursivas, se trate de discursos históricos, políticos, literarios u otros, constituyen un ámbito privilegiado en el que podemos visualizar al menos tres dimensiones específicas relacionadas con la producción y circulación de sentidos, de producción textualizada, producción de recepción. [20]

La articulación de las tres dimensiones permite centrar el análisis en los procesos que llevan a cabo los agentes, tanto en producción como en recepción más que en el ¿?? producto mismo. Este enfoque lleva, además, a entender al texto como espacio de circulación de sentidos y, de esa manera, a reconocer su carácter de instrumento en las relaciones sociales, más específicamente, de instrumento de poder. En efecto, dado que la acción social implica sentidos que además son el principio a partir del cual los agentes sociales definen sus prácticas, el trabajo de producción, distribución, inculcación, imposición, se convierte en un poderoso mecanismo de control social. + +Costas y Mozejko   9 y 10

Entendemos que ese proceso de producción de sentidos, relato discursivo / registro en Trabajo Social se hace desde un lugar, concibiendo al mismo como principio de construcción de los agentes sociales que intervienen en la producción y/o recepción del discurso, como proceso y por lo tanto con dimensionalidad histórica. Lugar que da cuenta de “lo social”, tal como ya fue definido y por ello de la “interioridad” de los sujetos, de esa zona de inestabilidad e incertidumbre en la que irrumpe permanentemente lo nuevo y que expresa la identidad múltiple de los sujetos sociales, identidad que a su vez da cuenta desde donde interpela en el mundo, desde donde construye su identidad social y desde la cual construye el discurso.

Lugar, entonces que apelando a Costa y Mozejko [21],  entendemos como “el conjunto de propiedades eficientes que definen la competencia relativa de un sujeto social dentro de un sistema de relaciones en un momento / espacio dado, en el marco de la trayectoria”.

                                                                              LA INTERPRETACIÓN DEL REGISTRO

EL RELATO DISCURSIVO EN LOS TRABAJADORES SOCIALES

Los primeros datos sistematizados de las entrevistas a los informantes Trabajadores Sociales de las  instituciones de gestión estatal,  mencionadas  al comienzo del presente articulo, permite avanzar sobre el significado que los trabajadores sociales le asignan a los instrumentos técnico-administrativos que utilizan en su intervención profesional, conocer la concepción  que tienen sobre los mismos, su aplicabilidad, funciones y adecuaciones.

Las opiniones vertidas, dan cuenta que para muchos de los profesionales que hoy trabajan en las organizaciones dedicadas a la atención familiar, el término “instrumentos técnico-administrativos”, es de dificultosa definición, excepto en tres casos que corresponden a profesionales de reciente graduación. A los primeros, hubo que explicárseles que con dicha categoría, se hace  referencia al “ conjunto de instrumentos conocidas como técnicas de registro: ficha social, legajo, historia social, expedientes, cuaderno de campo, crónicas, informe social, que son herramientas que utiliza el trabajador social en su intervención profesional, cuya aplicación requiere de conocimientos teóricos, de experiencias profesional, por que responden a normas y procedimientos administrativos” . Comúnmente, los profesionales en las instituciones a estos instrumentos  y procedimientos administrativos, se los menciona de modo peyorativo como burocracia.

No obstante, como estamos empeñados en recuperar y resignificar la importancia del registro/relato en trabajo social desde la perspectiva de los autores que venimos tomando como referencia y con las contribuciones  del  análisis del discurso y teoría social, es que apelamos además en esta línea argumentativa con María Lucia Martinelli y Elza Koumrouyan(2001)[22] , que resignifican la cuestión técnico instrumental en trabajo social y con  Pilar Fuentes(2001)[23] que destaca la importancia del registro en trabajo social.

 Si hacemos referencia otras publicaciones en áreas especificas de trabajo: judiciales,  centros de atención de día,  para ancianos o  niños con necesidades especiales, la literatura apunta rescatar la importancia de la dimensión técnico instrumental y ha contribuir a las expectativas de  los profesionales,   que demandan  capacitación por un lado, por otro lado no capitalizan la importancia de  la dimensión técnico y administrativa  y las funciones que cumplen.

Fenómeno que es posible comprender desde Teresa Matus (1998)[24], en el capitulo “Hacia nuevas cartografías en Trabajo Social”, cuando señala  que la complejidad de la sociedad actual ha provocado el derrumbe de antiguos esquemas clasificatorios, ..la complejidad requiere de procesos reconstructivos, desde ello debe ser interpretada la identidad del trabajo social, las contradicciones que muestra el colectivo profesional y que no es conveniente analizar en forma directa sino desde mediaciones, para no entorpecer la producción de conocimientos en Trabajo Social. “La función de mediación involucra no un procedimiento de bisagras sino la posibilidad de nombrar un escenario posible de reconstrucciones, una tarea. La función de mediación no es hablar de otros sino mostrar las contradicciones de los discursos”

Estimamos que esta línea de investigación sobre el registro/relato, es una nueva cartografía en trabajo social, que merece el debate  y por otro lado  la resignificación  de los instrumentos técnico- administrativo.(cumple funciones de mediaciones).                     

Una reflexión particular nos merece el Informe Social, en tanto práctica discursiva. Cuando se alude en forma particular al mismo, puede advertirse la importancia asignada al modelo a seguir en su elaboración, constatándose la existencia de un idéntico esquema de trabajo para el mismo en las  instituciones en las que se realizó la recolección de la información. El modelo responde al tipo propuesto por Barros, Penas y  Simenovich [25].

Los informantes consultados manifiestan un alto grado de identificación del ejercicio profesional con los instrumentos técnico-administrativos y en forma especial con el Informe Social. En todos los casos hay una fuerte tendencia y sentido de apropiación de considerar a estas técnicas como el sello propio de la intervención profesional, brindándose por lo tanto mayor importancia al aspecto administrativo y técnico de éste, que al mismo proceso metodológico.  Ello pone de manifiesto la falta de identificación del modelo general aplicado en la intervención profesional y/o de aquel que podría mejorar la misma.

Observamos también que existe predominancia en el reconocimiento de un carácter instrumental de las diferentes técnicas administrativas, asignándoseles la función de permitir una mejor percepción del “sujeto objeto”, sea éste individuo, familia o grupos y de su situación problema.

Los datos puntuales apuntados, permiten obtener una primera aproximación desde la externalidad y desde el discurso evidente de los informantes acerca del concepto vigente del registro y por lo tanto, una aproximación a los concomitantes teórico-epistemológicos y metodológicos asignados a los instrumentos técnico-administrativos, como así también, a  las capacidades analítico explicativas de la realidad profesional y social.

Las notas distintivas respecto de los instrumentos técnico-administrativos son:

  • Entender al registro como mero instrumento técnico administrativo, con función de “recoger datos”, evaluar necesidades y propiciar servicios.
  • Las variables trabajadas a través de los registros administrativos en Trabajo Social Familiar coinciden en sistematizar elementos comunes tales como, datos de identificación, institución, motivo del informe, antecedentes del problema, grupo familiar, vivienda, recursos, ingresos, escolaridad, ocupación, obra social, conclusiones y sugerencias-recomendaciones, que más que apoyadas en la teoría recaen en el activismo cuando no en el voluntarismo, en el “buen consejo” o en el seguimiento del circuito administrativo impuesto por la burocracia de la organización.
  • Se busca primordialmente en este tipo de registro la enumeración cuantitativa de datos desarrollados desde la lógica tecnicista del modelo provisión social,  poco o nada reconocido como modelo de intervención y altamente predominante en nuestras organizaciones y servicios sociales.

 

La formación de los Trabadores Sociales en los métodos de la lógica formal y/o la adecuación de la práctica profesional a los modelos de gestión hegemónicos en el orden organizacional, constituyen un obstáculo de carácter epistemológico y procedimental en el desarrollo de la  intervención profesional. En este contexto, el registro y la producción discursiva que se construye es el de una práctica profesional, que limita y distorsiona  los aspectos profesionales y la dimensión humana, convirtiendo a la profesión en un conjunto de “buenas intenciones”.

Entre las fuerzas del campo de las disciplinas y profesiones,  que aparecen, que se presentan,  que  interaccionan entre si,  coloca al profesional en una posición de poder y de legitimación, con relación a la tensión siempre presente e implícita entre necesidades y recursos, cuestión esta que a su vez se convierte en recurso para reposicionarse permanentemente en espacios complejos en los que la tarea del trabajador social es en la mayoría de los casos periférica con respecto a otras profesiones dominantes  en el campo. Veamos ejemplos.

Inscripción

CASO  A

 

“cuando contaba con dos meses de vida es internado en S. Regional...diagnosticó “síndrome de niño maltratado”..”shock, anemia aguda, edema duro generalizado..”

A los 11 meses de vida es internado en el Hospital Privado de Niños”… ”múltiples fisuras en ano con compromiso de esfinter”..

..”es trasladado al Instituto de Puericultura el 10 de Abril de 1986..””por orden del juez...”

..”ingresa al hogar San Benito presentando total hipertonía y rigidez,..”

“informe psicológico del año 1989, la profesional sugiere ...mejorar su proceso madurativo si se logra controlar sus crisis convulsivas y se le brinda...rehabilitación fisioterapéutica y fonoaudiológica...”

..”30/09/92 el menor fue internado en el Hospital de Niños Jesús por presentar Bronquitis obstructiva febril..”..

”el 26/03/00 es internado en S.S. Lucas debido a que padeció un paro cardíaco...”y otros .

..”Dados su diagnóstico los logros serán poco significativos, y nunca podrá alcanzar la edad cronológica ... el niño presenta discapacidad mental severa ... los aprendizajes que se pueden lograr son mínimos; sus limitaciones son tantas que las tareas se reducen básicamente al contacto físico, estimulaciones sensoperceptivas y juegos vocálicos.”

“recibe atención especializada del personal de enfermería del Hogar”

...Dado su diagnóstico, a pesar de recibir rehabilitación fisioterapeuta y fonoaudiológica, nunca podrá alcanzar nivelación con respecto a su edad cronológica.”

 

Inscripción

 

“Mientras estuvo internado, los cuidados del joven fueron cubiertos gracias a la humanidad y trabajo del personal médico, de enfermería y diferentes personas ajenas al plantel de salud, que se conmovieron del caso.”

 

“Los padres del menor ya no tienen prohibición judicial para visitar al mismo… en muy pocas ocasiones se hicieron presentes en el Hogar o en las instituciones de salud donde permaneció internado.”

Interpretación

CASO  A

Es un informe cronológico con prevalencia de la información médica y jurídica sin orientación por parte de los Trabajadores Sociales de las instituciones implicadas (Instituto de Puericultura Alfredo Guzmán, Hospital Nicolás Avellaneda, Hospital del Niño Jesús, Hospital San Benito y otros).

El lugar del Trabajador Social en este relato es  de subalterno o subsidiario de otras disciplinas, el de espectador; debido a esto se percibe una ausencia del rol profesional. No hay “hipótesis de calidad operativa que superen la apariencia y postura contemplativa. (Pág.7)  (de dónde?) No construido su lugar, no está habilitado

Existe una expresión negativa y determinante  que desarrolla el enunciado y no tiene en cuenta el paradigma salud, que implica también mejorar la calidad de vida orientado a  la atención integral del sujeto en su patología. El trabajador social, como conocedor de los recursos sociales e institucionales de la comunidad, es un eje importante en la consecución de la atención necesaria  integral de este caso. Esta postura negativa con respecto al sujeto es, además, una forma de exclusión del sujeto con capacidades diferentes. Esta característica en el texto indica una postura positivista en el enunciador  y poco conocimiento de la problemática, (el saber como recurso) conocimiento que es un requisito indispensable para asesorar, para orientar, para intervenir correctamente en el caso y finalmente para  hacer el Informe Social. De acuerdo a lo expuesto, el T. S. no estaría habilitado y no reúne competencias necesarias.

Interpretación

No se observa la intervención profesional del Trabajador Social. La atención social del actor se brinda a través de la buena voluntad de otros profesionales de la salud, y voluntariado. Posiblemente la intervención profesional estuvo en la gestión. Lo cual no esta descripto.

¿Cual es la intervención familiar del Trabajador Social en todo este trayecto?. No se  puede observar una interacción con la familia  de este actor “abandonado”.

 

 

El texto del Caso “A”, correspondiente Inscripción carece del carácter argumentativo que se acostumbra presentar en este ámbito, con la justificación para las propuestas de accionar, es decir, qué hacer respecto a la situación descripta.

A pesar de que no cumple la estructura prototípica básica, este seguimiento se puede clasificar como un texto explicativo dominantemente informativo que presenta secuencias de tipo descriptivas[26]. Sí presenta las características usuales de un registro formal y donde las ideas principales en tiempo indicativo y tercera persona; posee un léxico denotativo, de manera que se pueda entender la información con facilidad e intenta evitar palabras que expresen deseos, juicios de valor y que no señalen datos precisos [27]. (faltaría un pie de pa´g. dodnde se explique la diferencia entre un texto explicativo, descriptivo, argumentatativo)

Se trata de una reseña de historia clínica médica del paciente, más que de un instrumento en el cual tomar aspectos sociales. Si bien hubo intervención del trabajador social en la gestión, se señala la función netamente paramédica y subsidiaria del mismo. Se transmiten  dos fuertes presencias de tipo hegemónico, que trasunta una relación asimétrica, en el desarrollo del caso: la médica y la judicial.

El enunciado, presenta conceptos  limitados y no da a conocer la intervención profesional desde lo social: como se compone la familia y su entorno; así como tampoco  se refleja la unidad teórico práctica de la disciplina del TS y su desarrollo. La  atención del sujeto y su problemática social, es brindada por otros profesionales (de salud) y voluntariado, basado en la “buena voluntad”.

Se observa una connotación negativa y determinista  en el  desarrollo del enunciado,  una forma de exclusión al sujeto con capacidades diferentes (los merecedores y los no merecedores de ayuda). Esta característica en el texto indica un posicionamiento positivista del enunciador. (podrían aclarar para el lector, que es lo que lo hace positivista) No se trasluce una interacción profesional con la familia  de este actor “abandonado”.

En este caso el relato no describe la intervención profesional del Trabajador Social, ni de los que actuaron desde el inicio del caso. Es un informe cronológico con prevalencia de la información médica y jurídica, sin la “marca” o la “huella” de los trabajadores sociales de las instituciones implicadas (Instituto de Puericultura Alfredo Guzmán, Hospital Nicolás Avellaneda, Hospital del Niño Jesús, Hospital San Benito y otros). El  registro/relato aparece como mero instrumento técnico-administrativo que cumple la función de “recoger datos” más que evaluar necesidades y propiciar prestaciones de servicios y abordaje de lo planteado.

El lugar del TS es el de subalterno o subsidiario de otras disciplinas (contemplativo). Siguiendo a Costas y Mozejko, para ubicar desde donde habla el agente social, se deben buscar en los factores objetivos que fundan en los agentes: su capacidad de acción, sus posiciones relativas y su control diferenciado de los recursos,  en el marco de las relaciones que establece lo cual dejará “huella” en su práctica. Como se ha mencionado su acción no queda plasmada en relato,  al quedar desdibujada su posición (rol) tampoco tiene capacidad para la consecución de recursos. Al ubicarse en un lugar subsidiario, deja de ser protagonista de lo social y se asimila a la burocracia institucional.

INSCRIPCIONES            CASO B                  INTERPRETACIONES

 

“Desde el punto de vista de la Psiocología es considerado por su inteligencia ...normal. ... los 11 años que tardó su..escolaridad..se debió a sus limitaciones físicas..llegando con significativo éxito a su graduación.”

“..procede de una familia de clase trabajadora, cuyos ingresos mensuales solo  alcanzan a cubrir las necesidades básicas”

“Se expresaron dudas e interrogantes. Como sería su tarea, cómo sería su evaluación?¿Cómo sería la enseñanza?. Para todos los planteos se formularon respuestas...es una experiencia inédita para la Escuela ALPI, … el primer abordaje pasaba por adecuar los procedimientos y la metodología”

“Darío contó en forma permanente, con la ayuda de compañeros y su grupo familiar..”… lo que constituye un gran esfuerzo personal y familiar”

..”todo le resulta difícil no sólo por su déficit sino por las barreras arquitectónicas”.

 

 

El Trabajador Social reseña la trayectoria histórica del sujeto en cuanto al aspecto de salud, económico y social, valorizando positivamente  los logros alcanzados en su aprendizaje, y en su desempeño en la vida cotidiana.

Argumentación teórico práctica que tiene que ver con la capacidad de acción del Trabajador Social habilitado.

Evalúa, reflexiona, desde su rol específico, las alternativas posibles en la resolución de la problemática planteada, orientando a una contención social en red, utilizando los recursos de la comunidad, y buscando el apoyo del entorno.

Transmite Capacidad de acción, uso de posiciones relativas y control de los recursos disponibles, y su propio saber, manejando la construcción textual para persuadir y lograr adhesión en la consecución de los recursos que necesita el sujeto.

La “huella” del Trabajo Social familiar está presente.

Denuncia de “déficit social” en Políticas Sociales y discriminación

 

Este texto se puede calificar como argumentativo por los recursos y la estructura  que utiliza el trabajador social al desarrollarlo. Utiliza un argumento causal al justificar los beneficios de conceder al sujeto su pedido, con los logros conseguidos por el mismo en su formación educativa;  intentando asegurar así que el mismo obtendrá iguales resultados favorables en el futuro. También utiliza argumentos de competencia ¿¿?( O que hacen referencia a las potencialidades y competencias) al describir el estado psicológico del sujeto y su potencial a desarrollar, elemento que funciona como apoyo para su tesis.

El profesional actuante presenta el “caso”, argumentando la necesidad de un elemento que favorecerá la calidad de vida del paciente. Posteriormente hay un seguimiento del caso.

Incluso cuando parece que la problemática de salud y  el aspecto económico es lo predominante, la valorización que hace de los progresos y la superación del sujeto durante su trayectoria histórica en la que alcanza importantes logros personales, indican que el trabajador social puso especial atención sobre las potencialidades del sujeto y no sobre las faltas o dificultades. Asimismo la valoración que brinda el colega,  el apoyo del entorno familiar y social del contexto dieron como resultados la superación del sujeto.

Esto demuestra un minucioso registro de la intervención por parte del trabajador social, basado en el conocimiento científico de la problemática social, de salud y la suficiente articulación con otras disciplinas (Psicología, Diagnostico Medico); sin inmiscuirse en áreas que no le competen, pero desempeñando el rol que le corresponde (TS) desde su lugar de competencia (habilitado) para la acción y la orientación. Queda de manifiesto la  capacidad diferenciada de relación en cuanto a control de recursos (su propio saber, el potencial del sujeto) y en cuanto a las relaciones establecidas entre el sujeto, la familia, el entorno y los recursos de la comunidad, que generan posicionamientos, que a la vez favorecen a la realización del sujeto.

El trabajador social habla desde un lugar de respeto por el sujeto, por sus derechos (emancipatorios y de autovalimiento);  colabora en sentido que  el sujeto pueda correrse del no-lugar donde lo instala la sociedad y propicia a que se inscriba como protagonista de su propia historia, interviniendo de esta manera en la familia y el entorno social.

Se transmite en el relato la competencia para la acción, su habilitación en el medio institucional en que se desenvuelve, y por ello la capacidad de relación y relacionarse en ese medio, construyendo su espacio, su lugar.  Se trasluce la metodología profesional con la aplicación de sus técnicas en una articulación teórico práctica que lo inscribe en un enfoque interpretativo de la realidad social..

 

                                                   CONCLUSIONES

 Teniendo en cuenta la hipótesis general en la que expresábamos que “los discursos guardan relación con el lugar desde donde son elaborados y el tipo de relación que se establece entre el agente y su producción (agente / práctica/enunciado), es de coherencia con los sentidos producidos en el marco de las posibilidades y limitaciones en que lleva a cabo su trabajo” [28] se establecieron a modo de aproximaciones de carácter preliminar, la interpretación del registro /relato como práctica discursiva de   los trabajadores sociales, tomando como ejemplos el “Caso A” y el “Caso   B”, el primero como caso típico y el segundo en contraposición como  atípico.

  El  “Caso A”, es el modelo predominante de uso habitual en las instituciones, de las cuales se tomaron las muestras para la investigación correspondiente. El registro/relato ”cumple con la función de instrumento técnico- administrativo, “recoge datos”, evalúa y jerarquiza necesidades y propicia servicios”, cuando es posible, guardando relación con  el  lugar contemplativo en el que se posiciona el enunciador, el agente profesional  (Trabajador Social) quien describe la situación  problema brindando  información de lo actuado por otras disciplinas intervinientes (médico, jurídico).

El relato/registro, no transfiere su intervención, no trasmite su identidad como  profesional. Por lo que no se visualiza su competencia y habilitación. El Trabajador Social no construye su lugar profesional, no reconoce su  lugar, por tanto su posición es expectante.

 De tal manera, en la dimensión “tipo de relaciones que establece el  agente-Trabajador Social con su producción “(enunciador-enunciado) guarda  coherencia, no se  visualiza su intervención profesional,  porque tampoco se reconoce él mismo como profesional, sino como subsidiario de otros. Con respecto a la dimensión..“coherencia de los sentidos producidos”, señala lo que hacen los otros profesionales, informa de  los otros, esta opción discursiva marca el texto, y tiene su interpretación en la recepción del mismo: los otros toman su espacio, su lugar, con la consiguiente desvalorización profesional. Por lo expuesto, en cuanto a esa producción de sentidos en el marco  de las posibilidades y limitaciones en que lleva a cabo su trabajo, se  tiene en cuenta lo institucional, donde las otras disciplinas inclusive el ámbito administrativo,  se tornan hegemónicos. Estos advertencias  surgen  en el 75% de los casos estadísticos tratados en forma exploratoria.

  En contraposición, la nominación  “atípica” al “Caso B”, en  concordancia con la hipótesis trazada ...”los discursos guardan relación con el lugar”desde  la practica discursiva muestra al  trabajador social,   con soporte teórico, saber, que lo posiciona, como agente profesional reflexivo, que indica o guía  la acción humana, que plantea alternativas, que las aclara y orienta en la selección de alternativas, con vistas a favorecer la emancipación de los sujeto26 esto va a quedar expuesto en la congruencia del Trabajador Social con su producto, que es el discurso textualizado, donde  imprime las potencialidades del sujeto, como capaz de su realización, corroborando la tercera variable referida a ...“la coherencia de los sentidos producidos”.

 El trabajador social ha construido su lugar, en el medio en que se desenvuelve demostrando sus relaciones entre posicionamientos (otras disciplinas, otras instituciones, actualización de su propio saber) Su intervención profesional  expresa solidez teórico-practica, sosteniendo su articulación con la producción  científica. Es un profesional habilitado y su lugar es de competencia. En  conformidad a   la producción  en el marco de la posibilidades y  limitaciones, maneja su saber / “poder”. 

 Por lo expuesto es posible concluir preliminarmente que:

El registro, “es parte de la intervención profesional, no solo identifica la unidad de atención, sino que informa acerca de ella”[29]. Nos permite indagar acerca de qué elementos intervienen en la trayectoria de la producción del discurso profesional construido a través del registro / relato en TS, comprender cuál es la significación que el registro como discurso profesional posee hoy para   los trabajadores sociales. A la vez, posibilita estudiar las características que asume la realidad social, profesional e identitaria del trabajador social como   agente social productor de discurso a través del registro/relato.

  Sirve además, según el contexto, lugar y condiciones de producción de control de la subjetividad del profesional, da cuenta del rol, del lugar, de la habilidad, de la competencia, tal como se palpa en los Casos A y B, analizados desde la  teoría social y desde la practica discursiva, según los autores,  Costas  y Mozejko.

Desde la perspectiva de discurso social, orienta a asumir opciones  teórico epistemológicas y metodológicas pertinentes y a establecer relaciones categoriales que definen la perspectiva particular desde la cual trabajar este tipo de discurso,  logrando conocer al agente social en tanto sujeto que produce el  discurso. Ello lleva a reconocer que las prácticas discursivas poseen un lugar de producción y que su tratamiento requiere de herramientas conceptuales para trabajar los procesos de producción y los sujetos que  los ejecutan. 

  El registro / relato, sirve para comprender desde qué lugar construye el registro y su relato discursivo el trabajador social hoy y proponer a  partir de los resultados obtenidos, criterios y pautas técnico  metodológicas que permitan la resignificación y reconstrucción del registro como “intervención profesional y como elemento esencial de la misma en el contexto de la interpretación científica

Desde esta perspectiva, y siguiendo a Costas y Mozejko, para ubicar desde donde habla el agente social, se debe buscar en los factores objetivos que fundan en los agentes: su capacidad de acción, sus posiciones relativas y su control  diferenciado de los recursos,  en el marco de las relaciones que establece lo cual dejará “huella” en su práctica. Por ejemplo su  capacidad de acción, le otorgará o no, competencia, lo habilitará o no  legítimamente.

En este  nivel de prestigio y reconocimiento acumulado, en carácter de trabajador social,  posicionará  su capacidad de acción acumulados en  cada uno de los sistemas relacionales en los que el agente social  participa (ámbitos laborales, docencia, y otros espacios).  En ellos  acumula poder, que puede ser asimétrico o no. Es importante recordar entonces que la capacidad de acción y relación también implica analizar los recursos como su propio saber (formación académica y profesional, actualización) puestos en juego, y el espacio institucional permitido para intervenir (márgenes de autonomía y alternativas de acción: estrategias) como recurso contextual, de acuerdo a la posición  asumida.

  Adherimos al posicionamiento que sostiene que las prácticas sociales, como discurso, son manifestaciones del uso que el trabajador social hace de su espacio posible, y de esta manera impone  sentidos, que dependen de la aceptación del receptor.  El relato / Informe  Social está dirigido a un enunciatario, quien le otorga legitimidad, el relato producido es una construcción textual que tiene poder para persuadir, manipular, lograr adhesión, tiene una intencionalidad habida cuenta que está dirigido a alguien y  con un objetivo determinado.

   El  resultado de las opciones estratégicas tomadas por el Trabajador Social, imprime  principios de coherencia, en relación con el  orden de la necesidad: por la coerción que imprime el espacio institucional y Políticas Sociales, al definir sus competencias, y al orden de la estrategia: las coerciones no eliminan totalmente las posibilidades de optar por parte del Trabajador  Social. No queda claro de donde  viene esto último

  Siguiendo a  Augé “el lugar de la identidad del agente social, es relacional”[30], como ya se explicara, y es  histórico, tiene una trayectoria, y en el caso del agente social de Trabajo Social,  la Historia de la profesión en sí,  ha marcado su trayectoria. Como el caso de asumir una posición de subsidiaridad de otra disciplina dentro de ámbitos institucionales específicos, el sentido de la ayuda, lo benéfico (como  beneficencia), lo cual es remarcado desde las Políticas Sociales, que se inscriben en las organizaciones y cuya extensión visible es el trabajador social, adoptando en general dentro de un modelo positivista, una intervención de emergencia mediante modelo de provisión para enfrentar una pobreza estructural. Pero ¿cuáles son los espacios que juega el Trabajador Social? Por otro lado las posiciones relativas que pone en juego: formación profesional, perfeccionamiento, participación de ámbitos académicos, colegiados, políticos, orientan  la selección de alternativas disponibles para su intervención profesional. Por favor revisar redacción

         Todos estos elementos han intervenido en la trayectoria de la producción del discurso profesional textualizado,  induciendo a cambios cualitativos significativos en el registro/relato, que otrora, llevaron a la sistematización de los contenidos fundamentales que sentaron las  bases del TS como profesión científica y colaboraron con la metodología de la Sociología, produciéndose una preeminencia de la práctica, en TS;  sin el proceso de  la reelaboración teórica o su articulación dialógica, tal como expresa Susana Maidana: “las acciones humanas y la razón entablan un permanente dialogo” [31]  

BIBLIOGRAFÍA  (Las citas quedan en el cuerpo del artículo porque sino aparecen repetidas. Aquí solo va la bibliografía)

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[1] El presente artículo es producto del Informe de Avance de la Investigación que se desarrolla con el mismo título en el marco del Proyecto de Investigación Permanente Trabajo Social Familiar (Resolución 53-90-994 FFyL-UNT), del Instituto de Investigaciones en Familia y Trabajo Social, IFaTS, de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional de Tucumán. Directora Dra. Águeda Luisa Loretto, e-mail lloretto@sinectis.com.ar

[2] KISNERMAN,  Natalio. “Atención individualizada y familiar” T. y Práctica del Trabajo Social. Ed. Humanitas. Bs As.1986.Pág.80

[3] PORZECANSKI, Teresa. “Lógica y Relato en Trabajo Social”. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina. 1974.-Pág. 58-59

[4] PORZECANSKI, Teresa. “Lógica y Relato en Trabajo Social”. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina. 1974.- Pág. 57.-

[5] PORZECANSKI, Teresa. “Lógica y Relato en Trabajo Social”. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina. 1974.- Pág. 59.-

[6] Esta hipótesis general propuesta para el estudio del caso que nos ocupa, está inspirada en los estudios y desarrollos metodológicos sobre producción discursiva realizados por Ricardo Costa y Danuta Mozejko a través de sus investigaciones, las cuales fueron publicados por Editorial Homo Sapiens en los textos citados a lo largo de este artículo.-

[7] RICHMOND, Mary E. “Caso Social Individual”. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina.  2da. Edición, 1982.- Mary Richmond, señalando la importancia del relato en Trabajo Social, toma como referencia la situación vivida entre Ana Sullivan, maestra e institutríz de Helen Keller y su amiga la directora del Instituto Perkins para Ciegos. A su vez Ana Sullivan, antes de viajar a Tuscumbia (Alabama) para hacerse cargo de la educación de Helen Keller, se había preparado y disciplinado en el estudio e investigación de los apuntes del Dr. Howe, médico del instituto.- Cáp. 1, Introducción, Pág. 14

[8] RICHMOND, Mary E. “Caso Social Individual”. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina.  2da. Edición, 19, Págs. 25 y 26.-

[9] FORNI, Floreal. “Estrategias de Recolección y Estrategias de Análisis en la Investigación Social”. En Forni, F. – Gallart, M. A. – Vasilachis de Gialdino, I. “Métodos Cualitativos II: La Práctica de la Investigación”. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires, Argentina. 1993.-Págs. 14-15

[10] GUBER, Rosana (2004): “El Salvaje Metropolitano: Reconstrucción del Conocimiento Social en el Trabajo de Campo”. Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina. 2004 – 2da. Edición.- En el texto, Guber realiza una revisión de los orígenes del método etnográfico, y en esa revisión explora los estudios realizados y volcados en registros de la época por reformadores sociales, entre los cuales figuran los primeros trabajadores sociales (1880 – 1930). Rescata la importancia de este tipo de registro desde una arqueología del registro y desde las voces de los agentes de la intervención social, ya que el registro etnográfico consigna por escrito imagen o voz, que sucede en el campo.-

[11] MENDOZA RANGEL, María del C. “Una opción metodológica para los Trabajadores Sociales”. Editorial Humanitas. Buenos Aires, Argentina. 1990.- Pág. 70

[12] AUTORES VARIOS. “Dos documentos básicos en Trabajo Social – Estudio de la aplicación del Informe y Ficha Social”. Consejo General de Colegios de Oficiales de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales de España. Editorial Espacio. Buenos Aires, Argentina. 2003.- Pág. 8

[13]KISNERMAN, Natalio. “Asistencia Individual y Familiar”. Colección Teoría y Práctica del Trabajo Social. Tomo 7. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina. 1986.-Pág.80.

[14] Entendemos “lo social”, desde la perspectiva desarrollada por CASTORIADIS, Cornelius en “Individuo, Sociedad, Racionalidad e Historia” – Ágora, Cuadernos de Estudios Políticos Nº 6. Buenos Aires, Argentina. 1997. “Lo social” en tanto complejo que no puede des-complejizarse y en cuyo contexto o en cuya zona de inestabilidad e incertidumbre irrumpe permanentemente lo nuevo y se expresa la identidad múltiple de los sujetos sociales, su interpelación en el mundo. Desarrollado por MALACALZA, Susana, en Seminario Taller “Globalización, Colapso Institucional y Salud Mental: El suicidio adolescente”. Departamento Académico San Salvador – Sede Jujuy – Universidad Católica de Santiago del Estero. Argentina. Julio, 2005.-

[15] PORZECANSKI, Teresa. “Lógica y Relato en Trabajo Social”. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina. 1974.-Págs. 58-59

[16] ALTHUSSER, Louis. “La revolución teórica de Marx”. Editorial Siglo XXI. México. 1966.-

[17] PORZECANSKI, Teresa. “Lógica y Relato en Trabajo Social”. Editorial Humánitas. Buenos Aires, Argentina. 1974.-Pág. 59.-

[18] MOZEJKO, Danuta – COSTA, Ricardo. “Los Lugares del Decir: competencia social y estrategias discursivas”. Homo Sapiens Ediciones. Rosario, Santa Fé, Argentina. 2002.- Pág. 10

[19] WEBER, Max (1969), Economía y Sociedad, México. DF. Fondo de Cultura Económica.

[20] La producción y circulación de sentidos refiere "al conjunto de opciones que realiza el agente en proceso de producción desde su posición y trayectoria, y cuyas marcas registra el texto que produce." Ello guarda estrecha relación con la manera cómo  entiende los procesos sociales  y los sujetos que en ellos intervienen, como las relaciones de poder entre posiciones definidas a partir del control diferenciado de recursos demandados y/o escasos. (Pág.123. El discurso como práctica. Costa Ricardo L. Y Mozejko Danuta T. Homo Sapiens Ediciones.Rosario. Argentina Año 2001) El enunciador construye su objeto: el enunciado,  desde un  lugar, desde una posición particular que define el ángulo -visual y axiológico- desde el cual presenta el acontecimiento con los actores intervinientes en un espacio-tiempo, tratando de "transmitir un saber (Greimas, 1996:13)que implica el recorte del objeto sobre la base de lo que el sujeto está en condiciones de aprehender dado el lugar donde se ubica", desde una posición epistémica que lo lleva a diferenciar lo que sabe de lo que  no sabe, a seleccionar lo verdadero, importante, etc. (Pág. 29. Lugares del decir. Costa Ricardo L y Mozejko Danuta T. Homo Sapiens Ediciones. Rosario Argentina. Año )

 

La producción textualizada,  o enunciación como un "acontecimiento histórico" siguiendo a Ducrot, (pág. 15 Lugares del decir, idem.) consiste en la producción del enunciado, definible como la "realización particular de una frase por un sujeto hablante determinado, en tal lugar,  en tal momento"(Ducrot, 1995:728) y que elegimos abordarlo a través de las marcas que deja en ese enunciado, como resultado de las estrategias que el enunciador selecciona teniendo en cuenta modelos vigentes -opciones de nivel discursivo, figuras retóricas, supresiones, alteraciones, modelos y secuencias-(Pág.29 El Discurso como práctica. Obra mencionada.)

 

El texto como medio de articulación entre la producción y la recepción, implica analizar un contexto más amplio que tiene en cuenta la intencionalidad del enunciador, entendida  como orientación general de la acción dirigida a influir en el enunciatario, que explica el acceso a estrategias tendientes a fundar la competencia y legitimidad del enunciador, a la vez que la aceptabilidad del enunciado, y que permitan el mantenimiento del "poder de palabra" al decir de Charaudeau (1984:174) (Pág.30 Lugares del decir. Obra mencionada)

"En esta articulación el enunciador construye un simulacro de quien controla la situación y condiciona el reconocimiento de su propio poder por parte del enunciatario, aumentando la posibilidad de imponer significaciones".(Pág.32 El discurso como práctica. Obramencionada). Sin embargo  el enunciatario posee su propia competencia y es a quien hay que motivar para el querer hacer, convertirlo en agente de cambio.

 

La articulación de las tres dimensiones permite centrar el análisis en los procesos que llevan a cabo los agentes tanto en producción como en recepción más que en producto mismo. Este enfoque lleva, además, a entender al texto como espacio de circulación de sentidos y, de esa manera, a reconocer su carácter de instrumento en las relaciones sociales, más específicamente, de instrumento de poder. En efecto, dado que la acción social implica sentidos que, además, son el principio a partir del cual los agentes sociales definen sus prácticas, el trabajo de producción, distribución, inculcación, imposición, se convierte en un poderoso mecanismo de control social.

 

Entendemos que ese proceso de producción de sentidos, relato discursivo / registro en Trabajo Social se hace desde un lugar, entendiendo al mismo como principio de construcción de los agentes sociales que intervienen en la producción y/o recepción del discurso, como proceso y por lo tanto con dimensionalidad histórica. Lugar que da cuenta de “lo social”, tal como ya fue definido y por ello de la “interioridad” de los sujetos, de esa zona de inestabilidad e incertidumbre en la que irrumpe permanentemente lo nuevo y que expresa la identidad múltiple de los sujetos sociales, identidad que a su vez da cuenta desde donde interpela en el mundo, desde donde construye su identidad social y desde la cual construye el discurso.

 

Lugar, entonces, apelando a Costa y Mozejko, que entendemos como “el conjunto de propiedades eficientes que definen la competencia relativa de un sujeto social dentro de un sistema de relaciones en un momento / espacio dado, en el marco de la trayectoria”.

[21] MOZEJKO, Danuta – COSTA, Ricardo. “El Discurso como Práctica: lugares desde donde se escribe la historia”. Homo Sapiens Ediciones. Rosario, Santa Fé, Argentina. 2001.-

[22]MARTINELLI, María Lucia y KOUMROUYAN, Elza . Un nuevo mirar sobre la cuestión de los instrumentales técnico-operativos en Trabajo Social. El Diagnóstico Social. Proceso de Conocimiento e Intervención Profesional. Editorial Espacio. Bs. As. 2001.

[23] FUENTES, Pilar. Lo que el viento no se llevó... El registro de campo y su importancia en el proceso de intervención profesional del Trabajo Social. El Diagnóstico Social. Proceso de Conocimiento e Intervención Profesional. Editorial Espacio. Bs. As. 2001.

[24] MATUS, Teresa. Propuestas contemporáneas en Trabajo Social. Hacia una intervención polifónica. Editorial Espacio. Bs. As. 1998.

[25] BARROS, PENAS y SIMONOVICH ”.El  Informe en Servicio Social” .Editorial Humanitas. 7º reimpresión. Bs. As.

[26] ADAM J. M. (1991) Les textes: types et prototypes, Paris, Nathan

[27] "los textos presentan características composicionales que remiten a formas prototípicas de organización de las secuencias textuales..."éstas pueden ser:  narrativa: es el relato de un suceso real que se transmite en forma oral o escrita. Mediante la  descripción representamos lingüísticamente el mundo real ... procede por análisis, por descomposición del objeto en elementos, en partes, en aspectos, a los que se atribuyen cualidades, rasgos, propiedades; el orden en que se presentan esos componentes pueden variar.

En cuanto a los géneros explicativos como los argumentativos,  se caracterizan por desarrollar una exposición razonada de un tema o de la solución de un problema, o bien por fundamentar una opinión. Específicamente, las secuencias argumentativas, se basan en la necesidad de persuadir a los interlocutores o de llegar a un acuerdo con ellos respecto de un campo problemático. En cuanto a las explicativas, como fenómenos discursivos, consisten en hacer saber, hacer comprender y aclarar, están organizados en sencuencias, y se tiene en cuenta el ámbito comunicativo y social al que  va destinado, la especificidad de la temática, y si los interlocutores son especialistas.  Tomado de Competencia Comunicativa. Los juegos del lenguaje en el discurso. Equipo de la Cátedra  Lengua Española,  Unidad IV Prof. María Yolanda Cerviño y Prof. María Belén Romano. Universidad Nacional de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras. Tucumán Argentina. Año 2005

[28] MOZEJKO Y COSTAS. Obras citadas

[29]KISNERMAN, Natalio. Obra citada, Pág.80

[30] Costas y Mozejko  Obra citada.

[31] MAIDANA, Susana Los distintos perfiles de la Filosofía. La Gaceta Literaria. 24/12/05

 

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